– ¿Cómo alcanzaré la vida eterna?
– Ya es la vida eterna. Entra en el presente.
– Pero ya estoy en el presente… ¿o no?.
– No
– ¿Por qué no? – Porque no has renunciado al pasado
– ¿Y por qué iba a renunciar a mi pasado?. No todo el pasado es malo…
– No hay que renunciar al pasado porque sea malo, sino porque está muerto.