El amor es una capacidad básica de tu naturaleza angélica….

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Facebook ImageEl amor es una capacidad básica de tu naturaleza angélica. Pero déjame preguntarte algo. Dime honestamente, sin prejuicio alguno, después de que ustedes sienten y se declaran amor el uno por el otro ¿qué te hace partir? ¿Cómo puedes romper esa unión si el amor es infinito? Los animales tienen el derecho de separarse. Se guían por el impulso.

Por eso cuando están en celo están enamorados. Cuando no, se separan. Sin embargo, técnicamente incluso en el reino animal, Dios ha probado que hay una posibilidad de tocarse y entenderse el uno con el otro de por vida. Existe un animal místico de los indígenas norteamericanos que vive en completa unión: «el lobo”.

Tienes una vida corta. ¿Cuánto vas a vivir, sesenta y cinco, setenta y cinco años? Eso es nada. En los ciclos del tiempo, en el movimiento de las galaxias y en los ciclos de las muchas vidas, es sólo un destello. Y cada una de tus treinta trillones de células tiene una vida, un ciclo también. ¿Cómo pueden ustedes amarse, fundirse, casarse y separarse en unos cuantos años? Tu mente no está sirviendo a tu cualidad básica o guna. No tienes el guna angelical vibrando a través de tus Aspectos y Facetas mentales. Sin esto, ¿qué es lo que quieres? “Oh!, queremos grandes casas, una gran familia, ambientes enriquecedores, algunos maridos, un par de divorcios”. Ustedes tienen una facultad interna para la sensibilidad pero la bloquean con su egotismo. Niegan su propia naturaleza y cubren su intuición con juegos de apatía, simpatía, rabietas e ira.

Hacen esto con su amor, con su propia alma y con su maestro.

Un día, platicando un estudiante, me dijo: “Te estoy evitando”.
Yo le contesté: “Bien, si me estás evitando, ¿por qué me llamas? Adelante, evítame. Está bien”.
“Sólo quiero decirte que te estoy evitando. ¿Por qué lo hago?”
Le respondí, “No hagas un juego conmocional. Tú sabes lo que estás haciendo. Me estás evitando. Yo no te evito.
Me preguntó: “¿Qué debo hacer?”
Le dije: “Deja de actuar como un idiota, pretendiendo que eres insensible”.
Él me preguntó: “¿Eso es todo lo que tienes que decirme?” Agregué: “Puedo decirte más: que eres un egotista y un idiota. Estás evitándome porque sabes que cuando yo te hable directamente, te diré cuán corrupto y emocional eres y no quieres oír eso. Lo que quieres es satisfacer temporalmente tu ira y tu ego. Pero eso te va a explotar en la cara. Por Dios, no desaproveches esta oportunidad, no te evites a ti mismo. La oportunidad nunca regresará otra vez. Todo lo que sabes es: qué satisfacción emocional estás obteniendo ahora mismo. No te das cuenta de lo que estás perdiendo para siempre. Lo que perderás será tan doloroso que cuando te des cuenta de que lo has perdido, nunca te lo perdonarás. Bien, ya te lo dije, sin embargo sigues sin oírme. No quieres escuchar”.
Este insano comportamiento es peor que el de un habitante de la Tierra.

La mente te lleva al reino que tú quieras. ¿Entiendes que el cuerpo humano es una elección? No está mal. Debes tener la opción de hacer lo que quieras. Escoge una opción. El usar la mente en el guna sáttvico te hace un santo y te enriquece para que puedas ser coronado como un Señor del Universo. Te permite estar conectado y ser efectivo. El empleo del guna rajásico, te da el poder de ser el rey del territorio, de tener jurisdicción dondequiera que puedas sentir, ver y vivir.
El guna tamásico, hace del humano un animal, en un mundo sin bendiciones ni una guía desde el cielo.

Tus Mentes Positiva y Negativa girarán hacia afuera con los gunas tamásico y rajásico y te sumergirán en la competencia, la comparación y el cálculo. Tratas de manipular y pensar tu manera en cómo salir del problema; buscas la perfección; comienzas a criticarte, a criticar tu cuerpo, la creación entera e ¡incluso a Dios! Te columpias entre el esfuerzo masivo y el éxito y la depresión y la ira. No entiendes la clave.

Tu guna sáttvico y tu cualidad angelical pueden ser conquistados solamente a través del amor puro. Existen tres actos que pueden darte, a ti y a cualquier santo, la posibilidad de estar ante el maestro y ante Dios: dedicación, devoción y rendición. ¡Pero para un ego maníaco es muy difícil hacerlo! Sólo tres personas pueden llevar esto a cabo hasta el final: El que ha sido bendecido por Dios para lograrlo, el que se ha bendecido conscientemente a sí mismo y aquel a quien el Maestro ha bendecido.
Cuando has sido tocado por la Infinitud te vuelves infinito, todo lo demás te queda chico. Todo lo demás es sólo lenguaje de la Tierra.

En mi vida, conocí de un caso que hasta a mí me consternó. Sin embargo, entendí ese guna. Hubo un santo, Baba Karak Singh que edificó muchos templos y gurdwaras (templos sikhs). Era un hombre muy delgado que tenía un sirviente llamado “Darshan Singh.” Sin embargo, cuando Baba Karak se dirigía a él le decía “¡Oye, Darshu! ¡Darshu, perro, haz esto! ¡Darshu, burro, haz aquello!” Juntaba de cinco, seis majaderías seguidas (que no puedo repetir aquí) y terminaba con “Darshu.”
Un día me encontré a Darshan Singh y le dije: “Darshan Singh, sé que no tengo derecho a intervenir pero, me pregunto, ¿no puedes rebelarte cuando este anciano abusa de ti desde que amanece hasta que anochece? y todo lo que contestas es: “Si señor’?”
Él me respondió: “Con que él me llame, es más que suficiente; y puede decirme como quiera”.
“Está Bien,” le dije. Él se sentía satisfecho y yo entendí la situación. Tiempo después, la muerte vino por Baba Karak Singh quien exclamó: ¡Oh, Darshu!” seguido de una majadería, “¡Tráeme ese turbante!”
Darshu, sin decir palabra, trajo rápidamente el turbante del maestro, y Baba Karak Singh le dijo: «Ayúdame a ponértelo en la cabeza”.
Colocó con perfección su turbante en la cabeza de Darshu y le dijo: “Ahora tú eres un santo. San Darshan Singh”.
Y, en efecto, Darshu es ahora San Darshan Singh, tiene tanta riqueza que no sabe qué hacer con ella. Toda su vida ha sido purificada a tal punto que no reacciona ante nada ni tiene deseos de hacer nada que esté equivocado Ahora Darshan Singh tiene que cuidar todos esos millones de rupias que Baba Karak Singh había dejado en canastas sin siquiera haberlas contado y tiene que cuidar todas sus propiedades y templos.
Cuando regresé a la India nos reunimos y le pregunté: “¿Cómo te sientes?”
Me respondió: “Lo extraño”.
Le dije: “Sin embargo, él abusaba mucho de ti. ¿No te sientes mejor de haberte liberado?”
Y me contestó: “Tú sólo ves el abuso. Yo nunca lo vi, ni lo veo ahora. Sólo pude sentir la conexión y la cercanía constantes. Siempre veo la conexión constante”.

Y Darshan me explicó todo con una historia, una historia muy, muy cristiana. Había un hombre en la Tierra, que acostumbraba insultar a Dios directamente, con fuerza, hasta en sus sueños. Todos en su aldea podían oír sus ofensas desde temprano en la mañana hasta el anochecer. En la tradición Cristiana todos los santos y la gente buena están haciendo cola, esperando que se abran las perladas Puertas de Oro del Cielo. Estas puertas se abrían cada cien años para que los bendecidos entraran. Pero ese día, muchas décadas antes del centésimo año, se abrieron las Puertas de Oro para un anciano, que era el mismo que había insultado a Dios durante tantos años. Él entró directamente, sin esperar. Todos los santos que permanecían en la línea estaban muy sorprendidos y curiosos y le preguntaron a San Pedro, “¿Cómo puede suceder esto? El anciano había insultado a Dios en la Tierra todos los días, 24 horas al día, hasta en sus sueños. Nosotros veneramos a Dios, Lo alabamos y Lo elevamos a la menor oportunidad; sin embargo, tenemos que esperar a que nuestro caso sea procesado, mientras que él entra directamente. ¿Qué clase de justicia es esta?”
San Pedro replicó: “No se preocupen. En la Tierra, ustedes tuvieron que dormir alguna vez, hicieron a veces tareas importantes y tuvieron que haber tomado algún tiempo libre en ocasiones. ¿No es cierto?”
“Si, contestaron, trabajamos, ganamos, hicimos de todo».
San Pedro agregó: «Él siempre insultó”
“Es verdad” respondieron.
Y San Pedro les aclaró: «Bueno, por eso él entró por esa Puerta. Estuvo con Dios las 24 horas del día, sin excepción. Dios no oye el lenguaje de la Tierra para nada. Dios sólo escucha el lenguaje del corazón que le dice que sus devotos constantemente ponen su atención en Él mientras duermen, mientras caminan, mientras viven, mientras comen”
Con ese amor debes ver a Dios, verte como Dios y ser como Dios. En una completa fusión. Es el lenguaje del Amor. Es el sexto sentido de este guna.
Yogi Bhajan

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