Entrégale a Dios tus preocupaciones, dolores, infortunios. Dale cualquier cosa. Y lleva a tu hogar felicidad, alegrÃa y sonrisas. ¿Para qué tienes a Dios si Él no puede cuidarse por si mismo? ¿Tienes a Dios para sufrir? No hay tal Dios que sufra. Tú sufres. Dale a Dios tu sufrimiento y disfruta tu vida.
Yogi Bhajan