La única fuente de toda la miseria humana es: “La vida no está sucediendo como quiero, y como pienso que debería suceder”. ¿Qué es más efectivo, cambiar la forma de pensar, o intentar cambiar las cosas? ¿Te has hecho cargo de tu manera de pensar? Quien elige tus pensamientos? ¿Diriges tu mente, o te identificas con las expectativas limitadas de tu mente? Esto es porque la felicidad es una cosa del mañana. Las expectativas nacen ahí. A medida que no se van cumpliendo, la miserabilidad es mayor.
Puedes actuar sin expectativas, sin cálculos. Ir en una dirección, pero sin medir. Las expectativas, solo gastan energía. Y esa energía es necesaria para llegar al objetivo.
Si hay felicidad hoy, si hay éxtasis, no importará el mañana, ni el objetivo. Porque ahora hay alegría.
Dejar lo que quiero en el mundo, de mí mismo, de la gente, todo. Lo que quiero, soltarlo. Primero establecer que lo que pasa dentro de mí lo determino yo, y nadie más que yo. Así, la elección obvia es sentirme agradable. Una vez que me siento agradable, aún no han sucedido muchas cosas en mi mundo, y qué? Con alegre entusiasmo iré tras lo que quiera. ¿Y si no sucede, a quien le importa? Porque mi experiencia de estar “aquí” es maravillosa de todos modos.
Krishna: Primero establécete en el YOGA, luego actúa…
Sadhguru