Por lo general, entrenas tu mente para que escuche las cosas que te «inflan». Te encantan los agradables sonidos que alaban tu ego. Por eso es que Guru Amar Das, el tercer maestro de la senda Sikh, dijo: «Oh, oÃdos mÃos, vuestro propósito es escuchar la Verdad». Los oÃdos oyen tantas mentiras, que no reconocen la verdad cuando la escuchan.
Si la ventana de la mente está sucia, si la mente es superficial y no la has refinado, puedes hablar con la verdad a dicha mente y ésta no podrá oÃrla ni llevarla hacia la experiencia. La vida se ha convertido en un juego de «Te quiero» y «No te quiero». Realmente tú no amas ni odias. No existe verdad en ninguno de los dos. El amor en sà es ciego. Está más allá de los más y de los menos. Cuando estás enamorado, ¿cómo puedes ver si alguien es agradable y hermoso o lo todo lo contrario? No puedes ver nada. Cuando estás enamorado, sólo amas, no piensas: «Oh, adoro tu piel bronceada». ¿Cómo puedes amar a causa de un cuerpo bronceado cuando ni siquiera puedes ver? Amar es una facultad del espÃritu y este no conoce lÃmites ni definiciones.
Actualmente, es muy común esta clase de juego y el dolor que genera.
Tenemos la costumbre de hilar mentiras en nombre de la verdad. Las aceptamos como un hecho y hasta las admiramos como mercadotecnia. Asà es como nuestros juegos mentales nos hacen caer. Caemos desde nuestra propia inocencia y descendemos desde nuestra propia elevación. Somos gente muy hermosa y creativa. Fuimos hechos a imagen de Dios. Tenemos el poder más rápido y maravilloso, nuestra propia mente, que nos puede llevar a Dios, nos puede llevar a nosotros mismos, nos puede llevar a la profundidad dentro de nosotros o muy hacia afuera, hacia el universo. La mente es tan sensitiva que puede ir hacia el interior de cualquier ave, aprehender sus sentimientos y hablarnos de ellos.
Cuando está limpia y abierta, la mente puede hacer todo lo que queramos.
Yogi Bhajan