«Si quieres que otros sean felices, practica la compasión. Si quieres ser feliz tú, practica la compasión.» Dalai Lama
Mientras permanecemos en la ilusión de estar separados puede parecer que no hay suficiente amor para repartir y que tenemos que defender lo que es nuestro, por si no queda suficiente para nosotros. La verdad es que cuando abres tu corazón o dejas que te lo toquen, empiezas a descubrir que es inmenso y sin límites y te maravilla la ternura y espacio que existe allí. Experimentar la compasión es para uno mismo y para otros, vital para el bienestar. La compasión se puede describir como: “el deseo de aliviar el padecimiento de otro”.