Algunas veces, percibes cuándo eres atrapado por tus intrigas mentales y te sientes limitado y pequeño; reaccionas y tratas de expandirte en cualquier forma. Puedes tratar de apartar de un golpe esos sentimientos de limitación estimulando la mente con drogas o con algún tipo de experiencia extraordinaria y extrema. Estos métodos sólo causan más problema y dolor. Cualquier cosa que te empuje en forma instantánea y antinatural hacia arriba y hacia afuera, tendrá una reacción poderosa o al menos con igual fuerza, que te jale hacia abajo y hacia adentro. Tus esfuerzos tendrán el resultado contrario. No puedes volverte espiritual ni sabio de la noche a la mañana sólo por hacer un gran esfuerzo. No puedes ser impaciente, ni codicioso, ni tratar de engullirte a Dios como si fuera una galleta.
Para detener los juegos y las intrigas mentales y ser realmente feliz, debes desarrollar una actitud consistente de vida humana en la cual puedas sobresalir por encima del tiempo y el espacio usando tu mente a la misma frecuencia de tu alma. Esa es la actitud de una persona feliz. Cualquier otro método o atajo probará ser falso. Cualquier método que dependa de algunos aspectos del tiempo y del espacio finitos, fallará, porque el tiempo y el espacio cambian constantemente. Todo lo que cambia, siempre creará dualidad y paradojas debido a la Ley de la Polaridad y la Complementación. Por eso tienes el profundo instinto de sentir la Infinitud en ti, tienes un anhelo espiritual. El Uno que tú veneras y amas y que quieres ser, es también el que no cambia, el que está más allá del tiempo y del espacio y siempre se encuentra presente.
La primera señal que te permite saber que estás en problemas con tus intrigas mentales es el sentimiento de que tienes que confrontar a tu propia mente. Esto sucede cuando empiezas a sentir que no puedes manejar una situación y que, de repente, tú estás de un lado y tu mente de otro. En cualquier situación dada, nadie quiere perder el control, te sientes amenazado y reaccionas en forma inmediata. Tú y tu mente se confrontan mutuamente.
La mente es la única herramienta que tienes. Ya sea que tengas éxito o que falles, lo haces con la mente.
Reconoce que tu mente tiene su propia naturaleza, virtudes y mecanismos. Que tiene una Mente Positiva y una Mente Negativa. Permítele tener los vaivenes y polaridades que vienen con el juego de sus partes, pero no le permitas confrontarte. Cuando confrontas aquello que te da tu fuerza, solamente creas confusión, debilidad y errores.
¿Qué debes hacer en lugar de confrontarla? Entrénala. Puedes entrenar a un perro. Puedes entrenar a un perico para que camine sobre una cuerda y abra fuego con un arma de juguete. Los monos son entrenados para ayudar a los incapacitados; también sirven como el mejor asistente humano. ¿Y qué hay sobre el entrenamiento de la mente? El mejor método es aplicar la mente. Cuando aplicas la mente, ésta se compromete con la tarea o la experiencia que le asignes y no te confronta. Habla con ella. Inicia una relación para aplicarla y comprometerla. Dile a tu mente: “Soy la fuente de Dios. Soy el alma dentro de mí. Estoy viviendo con la luz de Dios, por lo tanto, debes acompañarme”. Establece una sociedad con tu mente.
Cuando hables a tu mente, valórala. No sientas ansia ni miedo. En cuanto empieces a hablar con ella, dejará de dedicarse a sus otros juegos. La mente es la más grande jugadora del mundo y está justo dentro de ti. Una vez que estableces una relación con ella, la mente te oye y no puede andar con engaños, ni dejar pasar algo por alto, ni ignorarte. No te puede hacer nada. Empiezas por utilizarla y terminas dominándola. Cuando la dominas, te conviertes en su amo. Y aquí comienza la era de la felicidad. Yogi Bhajan